
Por Eduardo Cantaro, Buenos Aires, Argentina
Recién comenzada la década de 1860 Argentina salía de las sangrientas guerras entre la Confederación y Buenos Aires, tras la Batalla de Pavón.
Corría el año 1862 y las elecciones proclamaban a Bartolomé Mitre como Presidente de la Nueva Argentina, a la que llegarían los extranjeros con inversiones y progreso.
Aunque los políticos de entonces preferían una fuerte oleada de angloparlantes, la Corona desalentaba la migración en masa hacia el Río de la Plata, ofreciendo como lugares preferenciales los Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica y Australia, ideales para generar comunidades británicas, como profesaba Charles Dilke y su “Gran Gran Bretaña”.
Dilke era un político británico que entre otras cosas soñaba con una comunidad británica mundial que se establecía en zonas de clima templado. Así fue formándose la Commonwealth Británica de Naciones, la más vasta asociación de países de una raza y lengua repartida por el mundo. Por eso una Argentina dividida y devastada por sangrientas guerras civiles, no sería el lugar apropiado para ello.
Igualmente, casi como una aventura, algunos grupos de británicos desembarcaban en el Río de la Plata y con ellos llegaban los ferrocarriles y otras empresas, con todo el progreso que ello acarreaba.
Varios años antes, en Gran Bretaña, las escuelas secundarias sufrían graves problemas de conducta por parte de los alumnos, que generalmente se rebelaban debido a las estrictas normas disciplinarias que había en éstas. Fue así como se comenzaron a incorporar los deportes dentro del ámbito educativo, para generar un espacio de recreación en el alumnado.
El cricket era un deporte que se practicaba en Inglaterra desde el siglo XII y se había popularizado en en el siglo XVII. En las escuelas británicas era el deporte de verano. Para el invierno, cada escuela había desarrollado un deporte violento y sin reglas, pero que provenía del “Folk Football”, un juego “salvaje” en el que se enfrentaban dos pueblos para dirimir alguna disputa y que finalizaba generelmente con heridos y muertos. El objetivo, depositar un balón en una meta contraria.
Las denominadas “Public School” formaban a los adolescentes británicos que luego ingresarían a las universidades de Oxford y Cambridge. Algunas de las más tradicionales eran las de Eton, Winchester y Rugby, entre otras.
Precisamente, de la Rugby School, se redactaron las primeras reglas del football de Rugby, en 1846. Ex alumnos de Rugby plasmaron estas reglas como las “Cambridge rules”. La expansión del deporte no tardó en llegar y era denominado football. No tenía reglas unánimes y cada quien lo jugaba según las reglas que habían utilizado en sus escuelas. En las reglas de Rugby se permitía llevar la pelota con las manos.
En octubre de 1857 (el 24 de octubre cumple 150 años) nació el “Club más viejo del mundo” en la ciudad inglesa de Sheffield. Con su propio código de reglas, este primer club creado fuera de las universidades y los colegios se llamó Sheffield Football Club.
La escuela de Rugby tenía una reputación ganada y los clubes que se iban fundando optaban por su reglas, que aún seguían siendo muy dispares. Para el año 1862 se redactaron 10 reglas básicas para el juego denominadas “The simplest game”, las cuales son consideradas las primeras del fútbol moderno.
En octubre de 1863 y por iniciativa del periodista John Cartwright, se reunió en Cambridge una comisión de representates de las escuelas para la redacción de un reglamento único. Seis escuelas estaban representadas, de las cuales 3 (Eton, Westminster y Harrow) se inclinaron por el uso exclusivo de los pies en el deporte, mientras que Rugby y Marlborough por el uso de las manos. Así nació el “Football Association”, que se diferenciaba del resto que permitía el uso de las manos.
Sin ponerse de acuerdo y tras varias reuniones, el 12 diciembre de 1863 el Football y el Rugby se convirtieron para siempre en dos deportes diferentes.
Buenos Aires tenía ya en 1867 varios residentes ingleses y un grupo de éstos decidió formar un club de football para practicar este deporte.
El 9 de mayo de 1867 se realizó la primera reunión para la creación del primer club de football en Sudamérica, con el propósito de crear las reglas para los partidos de fútbol a jugarse en la cancha de cricket durante el invierno.
Ahí se decidió que el nombre fuera el “Buenos Ayres Football Club”, también se decidió el valor de la inscripción para jugar la temporada de football y se formó un comité compuesto por cuatro miembros (los hermanos Thomas y James Hogg, Thomas Jackson y Theodore Smith), más un secretario y tesorero (Walter Heald).
Se reunieron en una pensión donde residían varios de los jóvenes británicos de la calle Temple al 100 (hoy Viamonte).
El primer partido estaba pautado para el feriado del 25 de mayo, en la Boca. Walter Heald era el encargado de llevar la información al diario “The Standard”, publicado en inglés y de obligada lectura para los birtánicos. El 24 de mayo de 1867 Heald publicó en el diario el comunicado oficial del club: “El partido inaugural de la temporada se jugará en el campo contiguo al empalme de la Estación Boca, el sábado 25 del corriente a las 2.30 p.m.”
Pero el sábado 24 amaneció lluvioso y con el campo de juego inundado, por lo que el partido fue suspendido sin fecha, hasta un próximo día festivo.
Un dato que se desprende de la excelente investigación que realizó el periodista Víctor Raffo y que publicó en el libro “El origen británico del deporte argentino”, relata la ansiedad de estos jóvenes por jugar un partido de football. Raffo publica en su libro un extracto del diario personal de Walter Heald: “28 de mayo. Martes. Me levanté aproximadamente a las 6:10. Después de unos bocados de pan y mermelada me puse mi chaqueta y agarré la pelota de fútbol. Salí cuando estaba aclarando y en la Estación Venezuela me encontré con los dos Hogg, T.B. Smiths y su hermano y Boschetti, y fuimos a las 7 en punto a la Boca. Encontramos la cancha de fútbol muy inundada y muy corta. Yo era una masa de barro y humedad; enseguida nos juntamos con Ned Simpson y Pellew y jugamos un partido de 4 por equipo, que fue muy duro para antes del desayuno (…) Al término fuimos a la estación a tomar el tren de las 8:30 que nos llevó a la ciudad”.
Raffo deja ver en su libro que es difícil imaginar lo que pensarían los vecinos de La Boca que vieron a estos 8 jóvenes correr detrás de una pelota, a las 7 de una mañana otoñal de mayo y se pregunta: “¿Cómo no iba a ser considerado el fútbol un juego de locos ingleses?”
El primer partido
El jueves 20 de junio de 1867 fue el feriado del Corpus Chrsiti (celebración católica que se lleva a cabo 60 días después del domingo de Pascua) y fue la fecha para la reprogramación del encuentro suspendido por la lluvia. Heald lo anunció en The Standard previo a conseguir gorras de colores para diferenciar a los equipos. El aviso del lunes 17 decía: “El partido ianugural de la temporada se jugará en la cancha lindante a la Estación Palermo, el jueves próximo, 20 de junio. El juego comienza a las 12:30”.
Se publicaron avisos hasta el día del partido inclusive y una vez jugado el mismo, Heald llevó el informe del mismo a The Standard, que el domingo 23 de mayo publicó:
“El club abrió su temporada el jueves último con una briosa competencia entre equipos armados en el campo de juego. Fue bastante difícil encontrar un campo en condiciones para el partido y se debió solicitar que se realice en la cancha de cricket, por lo que el comité permitió jugar en su campo de Palermo.
No había tantos jugadores como se había esperado, porque muchos de los que habían prometido unirse al juego prefirieron ver como sería la primera reunión.
Los siguientes señores tomaron parte del juego:
T. Hogg, J. Hogg, T.B. Smith, W. Forrester, Bond, E.S. Smith, N.H. Smith, Ramsbottom.
W. Heald, H.J. Barge, Best, U. Smith, Wilmott, R. Ramsay, J. Simpson, W. Boschetti.
El partido comenzó a las 12:30 y la suerte se declaró a favor del lado del señor Hogg por 4 a 0, resultado que se debió principalmente al juego superior de los Hogg…
Cuando a las 2:30 el partido terminó, fue resuelto unánimemente jugar otro partido el próximo 29 de junio”.
Difícil es determinar exactamente a qué jugaron los “locos ingleses”, ya que había 4 reglamentos (Cambridge, Sheffield, Uppingham y Football Association).
Las reglas del Football Association (Londres) se fusionaron en 1878 con las de Shiffield. En Shiffield no estaba permitido correr con el balón con las manos (como en Rugby), pero sí se podía agarrar el mismo en el aire si éste no había tocado el piso.
No había corner, off side, saque de meta y no existían el árbitro y los arqueros. Faltaban unos años para que el fútbol se convirtiera en el deporte que es hoy.
Por eso, en mayo de 1867, hace 140 años, estos entusiastas jóvenes llegados desde las islas británicas, encendieron una llama que tardaría un poco en propagarse, pero cuando lo hiciera, no se apagaría jamás.
Fuentes: El origen británico del deporte argentino (Víctor Raffo; Edición independiete; 2004); El Fútbol en el Río de la Plata (Ernesto Escobar Bavio; 1923), Historia del Fútbol Argentino (1958, autores varios, ed. Eiffell).
Gracias por acercarnos cada vez más al deporte que con tanta devoción y fanatismo seguimos.
ResponderEliminarLas notas son exelentes.