viernes, 15 de mayo de 2009

¿A quién le hizo el gol Grillo?

Por Eduardo Cantaro

Habían pasado casi 80 años de aquel primer partido practicado por los ingleses locos en los bosques de Palermo, y Argentina, una siempre teórica selección de poderío a nivel mundial, todavía no se había enfrentado a Inglaterra.
Los maestros estaban alejados de la FIFA y a la Argentina le costaba muchísimo asomar la nariz al mundo que, devastado por la Segunda Guerra Mundial, comenzaba de a poco a cerrar sus heridas.


Pero para la Copa Mundial de Brasil 1950, Argentina, que se descontaba que iba a clasificarse y encabezaría el Grupo 4, dijo no por segunda vez consecutiva a una cita Mundialista.
Un año más tarde emprendería su primera gira amistosa al viejo continente. Más precisamente a las islas británicas. Desde aquel equipo amateur que representó a la AFA en Italia 1934 que la albiceleste no cruzaba el Atlántico. Claro está que durante la Segunda Guerra era imposible.
El 9 de mayo de 1951, el seleccionado de Guillermo Stábile se presentó en el mítico Wembley. Un estadio en el que los ingleses parecían indestructibles, pero que unos meses antes había sido escenario de un mítico triunfo escocés por 3 tantos contra 2 ante los de la Rubia Albion.
Encima los los 3 leones parecían heridos de muerte, ya que en su regreso a la FIFA y en la participación de su primera Copa Mundial en Brasil, habían sido humillados por la pobrísima selección de Estados Unidos.
Más de 60 mil espectadores pagaron su ticket para alentar a su selección y ver que tan bravos eran los argentinos. Y lo empezaron a sentir. A los 18 minutos de la primera etapa se le había perdido a los grandes maestros cuando Mario Boyé puso el 1 a 0. Había una notoria superiodad en el equipo argentino que comenzaba a sufrir un fútbol más mecanizado que el practicado por sus tierras.
De a poco la figura del guardameta argentino comenzaba a agigantarse. Miguel Rugilo, arquero de Vélez Sarasfield, impedía cada avance inglés. Cortaba todos los centros. Pero los de la rubia albión insistían e iban por el empate.
Luis Elías Sojit llevaba a las radios argentinas los relatos del juego y agigantaba más aun al arquero argentino. Tal vez sin querer le ponía un apodo que lo haría inmortal : El León de Wembley. A pesar de contar con un guardametas que parecía tener resortes para saltar a buscar la pelota ("El barullo en torno mío duró un par de meses. Al poco tiempo vi una película que me hizo reír. Se me veía atajándole un tiro bárbaro a un inglés que me hacía gestos con la cabeza como diciéndome: ¿Pero cómo hay que hacer para meterte un gol?"), Inglaterra logró convertir dos tantos y quedrse con el partido.

Dos años más tarde los ingleses se animaban a pisar suelo sudamericano y emprender así una gira por Argentina, Chile, Uruguay y Estados Unidos.
Con la AFA se habían pactado 2 partidos. El primero para el jueves 14 de mayo de 1953 y lo iban a disputar los combinados de Buenos Aires y el equipo de la Liga Inglesa. El domingo 17, el gran partido internacional entre Argentina e Inglaterra. Ambos encuentras se disputarían en la Herradura de Nuñez, cancha de River Plate.

El equipo de Buenos Aires no era más que la selección argentina con otro nombre, pero el rival no contaba con los jugadores titulares de la selección inglesa.
Cuando faltaban 4 minutos para la finalización del primer tiempo, los más 85 mil espectadores enmudecieron cuando Tommy Taylor, delantero del Manchester United que sí estuvo en el segundo encuentro, abrió el marcados.
Pero un minuto después llegó uno de los momentos históricos más importantes del fútbol argentino. O al menos así fue vendido. Ernesto Grillo, que integraba la delantera albiceleste con todos los titulares de Independiente, convertía el gol del empate. Un golazo desde un ángulo casi imposible. Al final fue 3 a 1 para Argentina y la repercusión del triunfo fue tan fuerte, que Agremadios decidió declarar el 14 de mayo como el día del futbolista. Erróneamente se decía que Argentina había derrotado a Inglaterra, a pesar de que se sabía que esa no era la selección inglesa.
Una lluvia torrencial y un campo de juego inundado pararon el partido entre (ahora sí) las dos selecciones del domingo 17 de mayo. En la cancha de River había 91.397 personas empapándose bajo la lluvia y esperando un nuevo triunfo ante los maestros ingleses. Pero sólo se jugaron 22 minutos y se esperaron 14 más antes de dar el encuentro por terminado. Aún estaban 0 a 0.


Claramente Grillo había convertido ese hermoso gol ante un equipo inglés de primer nivel, pero que no era la selección nacional de ese país. Pese a que el rival vistió los colores oficiales y hubo intercambio de banderines, claramente el programa decía el verdadero partido ante Inglaterra sería el domingo siguiente. Pero bien vale el recuerdo a aquella epopeya del León de Wembley y del golazo que terminó creando el Día del Futbolista.

LOS PARTIDOS

BUENOS AIRES 3
Julio Musimessi -Boca Juniors-, Pedro Dellacha -Racing Club-, José García Pérez -Racing Club-, Francisco Lombardo -Boca Juniors-, Eliseo Mouriño -Boca Juniors-, Ernesto Gutiérrez -Racing Club-, Rodolfo Micheli -Independiente-, Carlos Cecconato -Independiente- (43’ Norberto Méndez -Racing Club-), Carlos Lacasia -Independiente-, Ernesto Grillo -Independiente-, Osvaldo Cruz -Independiente-. DT: Guillermo Stábile.
EQUIPO F.A. XI 1
Ted Ditchburn, Tommy Garrett, Bill Eckersley, Billy Wright, Malcolm Barrass, Ray Barlow, John Berry, Roy Bentley, Tommy Taylor, Redfern Froggatt, Jack Froggatt. DT: Walter Winterbottom
Jugado el 14 de mayo de 1953, en el Estadio de River Plate, Buenos Aires, Argentina
Motivo: Amistoso
GOLES: 41’ Tommy Taylor (ENG), 42’ Ernesto Grillo (ARG), 57’ Rodolfo Micheli (ARG), 78’ Ernesto Grillo (ARG).
Arbitro: Arthur Edward Ellis (Inglaterra). Público: 85483

ARGENTINA 0
Julio Musimessi -3/Boca Juniors-, Pedro Dellacha -1/Racing Club-, José García Pérez -4/Racing Club-, Francisco Lombardo -3/Boca Juniors-, Eliseo Mouriño -3/Boca Juniors-, Ernesto Gutiérrez -7/Racing Club-, Rodolfo Micheli -1/Independiente-, Carlos Cecconato -1/Independiente-, Carlos Lacasia -1/Independiente-, Ernesto Grillo -3/Independiente-, Osvaldo Cruz -1/Independiente-. DT: Guillermo Stábile.
INGLATERRA 0
Gil Merrick, Alf Ramsey, Bill Eckersley, Billy Wright, Harry Johnston, Jimmy Dickinson, Tom Finney, Ivor Broadis, Nat Lofthouse, Tommy Taylor, John Berry. DT: Walter Winterbottom
Jugado el 17 de mayo de 1953, en el Estadio de River Plate, Buenos Aires, Argentina
Motivo: Amistoso Internacional
GOLES: No hubo
Arbitro: Arthur Edward Ellis (Inglaterra). Público: 91397.
Nota: El encuentro fue suspendido a los 22’ por lluvia.

Esta nota no fue hecha en demérito de trabajos de la selección realizados con anterioridad, ni de los protagonistas del encuentro.
Sólo intenta mostrar que hubo otra realidad diferente (al menos en cuanto al status de un partido) de la que contó la historia.

martes, 12 de mayo de 2009

Muerte en Yaoundé

Algunos estaban vestidos de civiles. Otros no escondían su uniforme militar. La coincidencia se daba en que en grupos, ingresaban a las cabinas de transmisión para apoderarse de cámaras, grabadores, fotografías, tapes y todo lo que pudiera inculparlos. Era la única manera de mantener esa asquerosa impunidad que tienen los poderes de turno y sus peones, que portando armas hicieron gala del odio que vive en los seres humanos.

El 31 de octubre de 1976 se enfrentaron Camerún y Congo, por la primera ronda de la eliminatoria africana para la Copa Mundial Argentina 1978. El partido de ida, disputado 15 días antes, había terminado en empate y le daba a los camerunenses la posibilidad de pasar de ronda.



El Stade du President Ahmadou Ahdjo (Jefe de Estado camerunés desde 1960), en la capital del país, Yaoundé, contenía a 26.050 espectadores, deseosos de alentar a sus Leones Indomables. El furor en las tribunas se hacía más grande, cuando Albert Roger Mooh Miller (luego cambiaría su apellido a Roger Milla) abría el marcador; su compañero Godfried Ekue estrelló el balón en el travesaño tras ejecutar un tiro libre en la puerta del área, y la pelota cayó dócil en los pies de Miller. Iban tan sólo 7 minutos de la primera parte.

Pero el relax terminó pronto para los locales, ya que 12 minutos más tarde, una perfecta jugada combinada de los Congoleses finalizó con la pelota acariciando la red. Los visitantes tenían un juego vistoso y desconcertante para sus rivales; a la vez equilibrado y con buen traslado de balón. Camerún tenía una sola manera de frenar eso: a la fuerza.

En el partido de ida, Roger Miller había sacado del partido a Gabriel Alphonse N'Dengaki tras propinarle un certero puntapié a espaldas del árbitro. Todavía no habían empezado a pegar los camerunenses, pero cada jugador guineano que pasaba, recibía una amenaza de parte de los Leones. Pero en uno de sus "esfuerzos" por recuperar el balón, Miller lesionó al arquero con una patada en las costillas.

El árbitro del encuentro era N'Jai Housainou, de nacionalidad gambiana y angloparlante. Los jugadores de las selecciones que se enfrentaban eran franco parlantes y la comunicación se hacía muy difícil entre competidores y jueces. Pero estaba claro que la tendencia localista se mostraba, tal vez no por favoritismo, sino por precaución.

El abuso de la fuerza por parte de los jugadores locales era sancionado sólo con faltas y con gestos de "calma". El comienzo de la segunda etapa comenzó a caldear el ánimo del público local, cuando a los 7 minutos Jean-Jacques "Geometre" N'Domba pus el 2-1 para los visitantes. Los camerunenses estaban desesperados e intentaron de todas maneras llegar al empate. Y los congoleses, cansados de recibir golpes de parte de los locales, empezaron a devolver los golpes.

Miller estaba intratable, no por su juego, sino por los golpes que le daba al arquero Francois N'Guedi, que aprovechaba también cada embestida para quedarse por varios minutos en el piso, dejando pasar el tiempo.
N'Guedi había salido para la segunda etapa envuelto en vendajes, muchos por los golpes recibidos, otros exagerando una situación.

Faltando pocos minutos para el final, se produce una jugada en el área de Congo que provocó una desgracia en un evento deportivo: las amenazas de Miller a Gabriel Alphonse N'Dengaki (el jugador que había lesionado en el encuentro de ida) se hicieron realidad. Una patada violenta sin la pelota y desde atrás, dejó tendido al jugador congolés en su propia área. El árbitro condujo el encuentro casi completo desde la mitad de la cancha. Según los congoleses, el árbitro tardó más de un minuto en pitar la falta, que no la había visto pero sí advirtió que el juez de línea agitaba su bandera.

Sin consultar al línea, el árbitro marcó el punto de penal, cobrando exactamente lo opuesto a lo que había sucedido y provocando una batahola a la que se sumaron suplentes, técnicos y el ejército local.
En ese momento, el arquero de Los Diablos Rojos empujó al árbitro, lo tiró al piso y comenzó a darle puntapiés en todo el cuerpo. El ejército local intervino inmediatamente y reprimió las acciones del guardameta, a la vez que golpeaba y amenazaba con sus rifles a los jugadores que intentaban defender a su compañero. Varios congoleses terminaron internados.

En aquel entonces, cualquier pelea de esas era tomada como un insulto hacia la patria, la bandera y el país.
Los soldados cercaban a los jugadores visitantes, cuando casi medio centenar de espectadores saltaron al campo de juego para hacer justicia por mano propia. Uno de los espectadores fue puesto de rodillas y asesinado brutalmente frente a todos.

Cuando los congoleses estaban en el hotel, las fuerzas de seguridad volvieron a irrumpir en sus habitaciones y les secuestraron todo tipo de elementos que pudieran perjudicar a su gobierno. Dos meses más tarde, tras una investigación, la FIFA le dio por ganado el encuentro a los visitantes, cerrando uno de los partidos más violentos en la historia de las preliminares mundialistas.