martes, 12 de mayo de 2009

Muerte en Yaoundé

Algunos estaban vestidos de civiles. Otros no escondían su uniforme militar. La coincidencia se daba en que en grupos, ingresaban a las cabinas de transmisión para apoderarse de cámaras, grabadores, fotografías, tapes y todo lo que pudiera inculparlos. Era la única manera de mantener esa asquerosa impunidad que tienen los poderes de turno y sus peones, que portando armas hicieron gala del odio que vive en los seres humanos.

El 31 de octubre de 1976 se enfrentaron Camerún y Congo, por la primera ronda de la eliminatoria africana para la Copa Mundial Argentina 1978. El partido de ida, disputado 15 días antes, había terminado en empate y le daba a los camerunenses la posibilidad de pasar de ronda.



El Stade du President Ahmadou Ahdjo (Jefe de Estado camerunés desde 1960), en la capital del país, Yaoundé, contenía a 26.050 espectadores, deseosos de alentar a sus Leones Indomables. El furor en las tribunas se hacía más grande, cuando Albert Roger Mooh Miller (luego cambiaría su apellido a Roger Milla) abría el marcador; su compañero Godfried Ekue estrelló el balón en el travesaño tras ejecutar un tiro libre en la puerta del área, y la pelota cayó dócil en los pies de Miller. Iban tan sólo 7 minutos de la primera parte.

Pero el relax terminó pronto para los locales, ya que 12 minutos más tarde, una perfecta jugada combinada de los Congoleses finalizó con la pelota acariciando la red. Los visitantes tenían un juego vistoso y desconcertante para sus rivales; a la vez equilibrado y con buen traslado de balón. Camerún tenía una sola manera de frenar eso: a la fuerza.

En el partido de ida, Roger Miller había sacado del partido a Gabriel Alphonse N'Dengaki tras propinarle un certero puntapié a espaldas del árbitro. Todavía no habían empezado a pegar los camerunenses, pero cada jugador guineano que pasaba, recibía una amenaza de parte de los Leones. Pero en uno de sus "esfuerzos" por recuperar el balón, Miller lesionó al arquero con una patada en las costillas.

El árbitro del encuentro era N'Jai Housainou, de nacionalidad gambiana y angloparlante. Los jugadores de las selecciones que se enfrentaban eran franco parlantes y la comunicación se hacía muy difícil entre competidores y jueces. Pero estaba claro que la tendencia localista se mostraba, tal vez no por favoritismo, sino por precaución.

El abuso de la fuerza por parte de los jugadores locales era sancionado sólo con faltas y con gestos de "calma". El comienzo de la segunda etapa comenzó a caldear el ánimo del público local, cuando a los 7 minutos Jean-Jacques "Geometre" N'Domba pus el 2-1 para los visitantes. Los camerunenses estaban desesperados e intentaron de todas maneras llegar al empate. Y los congoleses, cansados de recibir golpes de parte de los locales, empezaron a devolver los golpes.

Miller estaba intratable, no por su juego, sino por los golpes que le daba al arquero Francois N'Guedi, que aprovechaba también cada embestida para quedarse por varios minutos en el piso, dejando pasar el tiempo.
N'Guedi había salido para la segunda etapa envuelto en vendajes, muchos por los golpes recibidos, otros exagerando una situación.

Faltando pocos minutos para el final, se produce una jugada en el área de Congo que provocó una desgracia en un evento deportivo: las amenazas de Miller a Gabriel Alphonse N'Dengaki (el jugador que había lesionado en el encuentro de ida) se hicieron realidad. Una patada violenta sin la pelota y desde atrás, dejó tendido al jugador congolés en su propia área. El árbitro condujo el encuentro casi completo desde la mitad de la cancha. Según los congoleses, el árbitro tardó más de un minuto en pitar la falta, que no la había visto pero sí advirtió que el juez de línea agitaba su bandera.

Sin consultar al línea, el árbitro marcó el punto de penal, cobrando exactamente lo opuesto a lo que había sucedido y provocando una batahola a la que se sumaron suplentes, técnicos y el ejército local.
En ese momento, el arquero de Los Diablos Rojos empujó al árbitro, lo tiró al piso y comenzó a darle puntapiés en todo el cuerpo. El ejército local intervino inmediatamente y reprimió las acciones del guardameta, a la vez que golpeaba y amenazaba con sus rifles a los jugadores que intentaban defender a su compañero. Varios congoleses terminaron internados.

En aquel entonces, cualquier pelea de esas era tomada como un insulto hacia la patria, la bandera y el país.
Los soldados cercaban a los jugadores visitantes, cuando casi medio centenar de espectadores saltaron al campo de juego para hacer justicia por mano propia. Uno de los espectadores fue puesto de rodillas y asesinado brutalmente frente a todos.

Cuando los congoleses estaban en el hotel, las fuerzas de seguridad volvieron a irrumpir en sus habitaciones y les secuestraron todo tipo de elementos que pudieran perjudicar a su gobierno. Dos meses más tarde, tras una investigación, la FIFA le dio por ganado el encuentro a los visitantes, cerrando uno de los partidos más violentos en la historia de las preliminares mundialistas.

2 comentarios:

  1. Eso es ir de visitante... no como ahora.
    Te cuento que La Caldera superó las 100.000 visitas.
    Te mando un abrazo


    Emiliano
    La Caldera del Diablo
    www.lacalderadeldiablo.blogspot.com

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  2. lo ams increible es que creo que ese año 76 roger milla fue balon de oro africano

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